La artritis psoriásica puede empezar por una articulación, pero es frecuente que al cabo del tiempo y de forma aditiva se vayan añadiendo otras. Así, después de un cierto tiempo, si no se trata, el individuo acaba teniendo varias articulaciones afectadas que pueden limitar mucho su capacidad vital.
Por este motivo, es de especial importancia detectar la artritis psoriásica de forma precoz para evitar complicaciones.
En la fase inicial, existen tratamientos realmente muy eficaces- En cambio, cuando un paciente llega muy avanzado al reumatólogo, con lesiones muy importantes resulta difícil mejorar su calidad de vida o su movilidad.
En esta tarea de hacer un diagnóstico precoz, juega un papel capital el dermatólogo y los propios pacientes. Los afectados de psoriasis, en el momento de sospechar la posibilidad de tener la enfermedad, y el dermatólogo porque es el especialista más cercano.
Hay rasgos muy específicos y característicos del reumatismo psoriásico, de forma que si el dermatólogo los sabe distinguir, debe derivar al paciente con una artropatía psoriásica al reumatólogo. Entre estos rasgos específicos hay que destacar: la artritis de articulaciones interfalángicas distales, el dolor e hinchazón de los tendones, especialmente de la región aquíleo-plantar (entesitis/tendinitis) y el dedo en salsicha (dactilitis), entre otros.
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