Distintos aspectos de la alimentación tienen un efecto importante en el desarrollo y evolución de la enfermedad y si bien, no representan la única forma de tratamiento, los cuidados nutricionales deben formar parte de él. Será recomendable entonces:
•Procurar conseguir o mantener un peso adecuado y si existe obesidad habrá que realizar una dieta baja en calorías para perder peso.
•La alimentación debería tender a ser más vegetal (con menos carnes y grasas animales como carne de vaca, cerdo, pollo, huevo, cacahuetes…) pero con abundantes fuentes de ácidos grasos omega 3, consumiendo si es posible más de tres raciones de pescado azul a la semana (como salmón, caballa, arenque, sardina…) y/o fuentes añadidas a alimentos (como lácteos, margarinas…).