Los pacientes con psoriasis suelen experimentar rechazo hacia el propio cuerpo y la enfermedad, baja autoestima y estigmatización, siendo esta más marcada en mujeres, y que se traduce en anticipación al rechazo, ocultación de la enfermedad, así como una hipersensibilidad emocional a las opiniones ajenas.
El cuerpo de la mujer está sometido a la continua mirada del otro y los signos visibles de la enfermedad psoriásica pueden hacernos sentir vergüenza, limitar nuestra actividad física e inhibir sexualmente al desarrollar una imagen corporal negativa.
Una actividad recomendada para mejorar la autoimagen consiste en escribir un diario y realizar el siguiente ejercicio durante al menos dos semanas:
Anotar cada día algo que pueda hacer tu cuerpo y qué significado tiene para ti.
Nombrar una cosa que valoras de tu cuerpo.
Apreciar aquello que puede hacer tu cuerpo cada día. Por ejemplo, “Aprecio que gracias a mi cuerpo he podido dar un paseo por el campo”.
Intentar actividades físicas que te hagan valorar tu cuerpo y mejorar tus sensaciones con respecto a la enfermedad.
Ve a pasear, nadar o salir con amigos o familiares.
La enfermedad psoriásica es diagnosticada en más del 75 % de los casos antes de los 40 años y el inicio del tratamiento suele coincidir con la edad reproductiva.
Además, hasta un 45% de los pacientes puede presentar psoriasis genital que puede asociarse a problemas en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, debido a que se reducen las relaciones sociales o afectivas.
La psoriasis genital o inversa, consiste en manchas rojas, lisas y secas en la piel que duelen más que otros tipos de psoriasis. Afortunadamente, la psoriasis inversa responde al tratamiento con medicamentos biológicos y los tratamientos tópicos funcionan muy bien.
Una adecuada comunicación entre médico y paciente ayudará a enfocar mejor el manejo de la enfermedad.
Evaluar regularmente el deseo gestacional en todos los pacientes (hombres y mujeres) en edad fértil, especialmente en los que reciban/se planteen tratamiento sistémico a largo plazo
Evaluar y recomendar, si procede, un método anticonceptivo efectivo mientras no sea deseable un embarazo tanto a hombres como a mujeres o cuando sea preferible posponerlo por la gravedad de la enfermedad, por inicio de un tratamiento teratogénico, etc.
Individualizar cada caso y derivar a ginecología o a atención primaria cuando proceda
Dar información del impacto de la enfermedad en la fertilidad y el embarazo
Informar de cómo actuar en un embarazo no previsto
Todos los consejos han de ajustarse a las particularidades de los pacientes, ofrecerse siempre que sea posible involucrando a la pareja y repetirlos periódicamente.
El primero hace referencia al consejo preconcepcional, que debe ofrecerse a todos los pacientes en edad reproductiva, independientemente del tratamiento que tengan. Junto con ello, dejar la puerta abierta para que con confianza se pregunte cuando se quiera sobre cualquier aspecto en este campo probablemente contribuirá positivamente. El primero hace referencia al consejo preconcepcional, que debe ofrecerse a todos los pacientes en edad reproductiva, independientemente del tratamiento que tengan. Junto con ello, dejar la puerta abierta para que con confianza se pregunte cuando se quiera sobre cualquier aspecto en este campo probablemente contribuirá positivamente.
La enfermedad psoriásica es una enfermedad inflamatoria compleja que, en el caso de las mujeres, tiene una alta incidencia durante su etapa reproductiva, ya que produce cambios en la respuesta inmunitaria, endocrina, metabólica y vascular del organismo de las embarazadas y como consecuencia en la manifestación de la enfermedad.
El embarazo cursa con un estado de “tolerancia inmunológica” que se produce para proteger el feto y evitar que el organismo lo rechace como extraño y se produzca la interrupción del mismo. Alrededor del 50% de las pacientes mejora su enfermedad durante la gestación, pero existe un porcentaje pequeño, que empeora.
El embarazo influye en la psoriasis, y esta (y sus tratamientos) puede ser un factor de riesgo en la evolución del embarazo. El tratamiento durante el embarazo representa un verdadero reto terapéutico. El control de la psoriasis y el uso pre-concepcional de fármacos de bajo riesgo para el feto permiten reducir el riesgo de complicaciones materno-fetales. Por todo ello es esencial planificar el embarazo y contar con la colaboración de ginecología y atención primaria. Como parte de esta planificación se debe realizar una evaluación preconcepcional individualizada que incluya una historia obstétrico-ginecológica completa, contraindicaciones del embarazo y factores de riesgo de complicaciones materno-fetales incluyendo los fármacos utilizados antes y durante el embarazo.
Esta planificación puede implicar, por ejemplo, el cambio de tratamiento o una evaluación en profundidad de la psoriasis. El éxito en el embarazo va a ser mayor también si se realiza en un contexto de atención multidisciplinar, trabajando en equipo, con la identificación y la comprensión de los posibles riesgos particulares.
Consejos en la planificación del embarazo:
La planificación debe incluir una evaluación de la historia obstétrica y dermatológica, analítica, situación actual de la psoriasis y sus tratamientos, comorbilidades y posibles contraindicaciones al embarazo.
Informar, de forma individualizada, sobre los factores de riesgo materno fetales del embarazo y sobre todos los aspectos del seguimiento del mismo, incluyendo el posparto.
Es recomendable que la paciente alcance el mejor control de la psoriasis antes de intentar la concepción o, en su defecto y de forma individualizada, con la mínima
Durante el posparto, la tendencia general es que la mujer que padece psoriasis empeore, al volver su respuesta inmunitaria y hormonal al nivel basal, aunque también influyen otros elementos como el estrés o la ansiedad, o por el contrario sentimientos de felicidad que podrían fluctuar según como la mujer y su entorno familiar manejen la llegada del bebé.
La psoriasis en sí no contraindica la lactancia materna, pero sí que lo pueden hacer algunos fármacos para su tratamiento. También es más probable que las madres experimenten fenómenos de Koebner, debido a la irritación por el agarre y la succión del bebé. La psoriasis en la zona del pezón presenta generalmente placas eritematosas bien delimitadas con escamas finas en principio, la lactancia materna no interfiere con la administración de la mayoría de las vacunas a la madre, pero al igual que en el embarazo, cualquier decisión que se tome en la lactancia debe ser consensuada entre paciente y equipo médico.