Las lesiones cutáneas en las zonas genitales, la disminución en la autoestima y el miedo al rechazo, el dolor en las articulaciones debido a la artritis psoriásica, o los trastornos en la función eréctil como consecuencia de algunos tratamientos son algunas de las barreras que impiden a los pacientes de enfermedad psoriásica disfrutar de las relaciones íntimas.
La desinformación y el pudor a la hora de tratar este tema abiertamente con nuestro dermatólogo son el origen de que un 32 % de pacientes encuestados considere que la enfermedad influye negativamente en sus relaciones de pareja, mientras que el 31 % estima que también afecta a su vida sexual.
Aceptar nuestra propia imagen y trabajar en los aspectos positivos de nuestro cuerpo una vez asumida nuestra condición de pacientes psoriásicos es el primer paso a dar para recuperar la autoestima. Se trata de un trabajo interno, guiado o no por especialistas médicos, para volver a querernos y conocernos.
Tratar de romper con los estereotipos y modelos aprendidos sobre qué es y cómo funciona una pareja y buscar nuevas fórmulas para disfrutar de las relaciones íntimas y sexuales. Es importante la confianza con tu pareja y aprender como intimar y volver a sentir placer. ¡Somos más que piel! Disfrutemos del resto de sentidos cuando el tacto nos provoca incomodidad. Disfrutemos del gusto, de la vista, del autoerotismo, de las caricias y de las relaciones no centradas en el coito.
La sexualidad es un área fundamental de nuestra vida que nos permite conectar íntimamente con otras personas y con nosotros mismos, recibir y expresar afecto y placer a través de nuestro cuerpo y establecer vínculos emocionales y físicos que nos aporten bienestar.
Trabajar la autoestima, establecer relaciones de confianza con nuestra pareja o compañer@s sexuales y perder el miedo al rechazo, son los principios básicos para vivir una sexualidad positiva.
¡Empieza a quererte!
Diálogo y complicidad: Genera relaciones de confianza que te permitan mostrar tu cuerpo sin vergüenza, cuando existan lesiones visibles. Comparte con tu pareja tus sentimientos, necesidades (posturas adecuadas, caricias…) y preocupaciones, para establecer un clima de comprensión y normalizar la situación.
Reduce al máximo el roce o la fricción si tienes lesiones en la zona genital, o, como mínimo, evita el contacto repetido con el área más afectada. Se recomienda usar lubricantes de olor y sabor neutros, para evitar intolerancia en la piel.
Sigue un tratamiento específico para las zonas íntimas.
Valora junto a tu médico que dosis de antihistamínicos tomar para aliviar el picor.
Opta por ropa interior de algodón y evita tejidos sintéticos. Cambia de ropa interior durante el día para reducir la humedad en la zona.
La higiene debe ser moderada (lavado de 1 o 2 veces como máximo al día, en la ducha). Usa jabones suaves (no antisépticos o antibacterianos).
Prepárate para la actividad sexual. Es recomendable que estés relajado y descansado, que hayas tomado medicación para el dolor una media hora antes de tener relaciones (en caso de artritis psoriásica). Adáptate a la condición física evitando posturas que causen molestias.
Evita el alcohol y el tabaco, y crea un clima cálido.
Solicita a tu especialista información sobre los efectos secundarios de algunos medicamentos, ya que algunos pueden ocasionar trastornos de la función eréctil. Y en todo caso, consulta con tu especialista qué tratamiento podrá ayudarte.